miércoles, 29 de abril de 2009

¿QUE TIENES DEBAJO DEL SOMBRERO?

La fresa revista digital de arte contemporáneo.




por Ana Robles 2007

He de empezar confesándoles que, de forma excepcional, les hablaré de una artista y unas obras que no he podido contemplar en la realidad, aunque no por ello han dejado de removerme e invitarme a contarles ciertas cosas. El debate en torno al arte y la locura, tal que las travesuras no ingeridas por los circuitos convencionales de exhibición y venta, siempre han formado parte de mis preocupaciones sobre el arte; así que no teman por mi atrevimiento –quizá esto sea lo más parecido a ejercer como historiadora del arte que he hecho nunca-, dispónganse a gusto -como si se tratase de algunos de los escenarios imaginados por Matilde Asensi en sus relatos de aventuras- y disculpen la licencia.

Cada día tengo más claro que los artistas muestran a través de sus obras, simplemente, una forma de ver el mundo, y que los caminos y las posibilidades para ello son tan diversos como nuestra propia naturaleza. Sin embargo, no alcanzo a entender por qué, aún hoy, tendemos a idealizar su imagen a través de distintos componentes de diferenciación y endiosamiento; elementos discriminatorios tales como la habilidad extraordinaria, el talento innato, la inteligencia sublime, la brillantez sobrehumana, el dominio o la superioridad. Sobretodo, cuando lo contemporáneo es sinónimo de disparidad y asistimos a una proliferación constante de multitud de formas de creación. Yo misma me he sentido artistaamateur, por supuesto- al amasar el barro o inferir trazos automáticos sobre un trozo de papel y, supongo, a muchos de ustedes les puede haber sucedido lo mismo en alguna ocasión.





Partiendo de esta reflexión, todos aquellos condicionantes que suponen una limitación, -ya sea física, psíquica o social- no dejan de ser un obstáculo para cualquier persona que como creador/artista –con o sin capacidad diferenciada- pretenda encajar dentro del dispositivo institucional liderado por museos, críticos, publicaciones, comisarios, galeristas, etc. Sin embargo, son muchas las voces que se han alzado desde la posmodernidad, para poner en entredicho los supuestos y postulados elitistas del arte, buscando nuevos modelos de creación inspirados en lo primitivo y lo popular y ensalzando formas de expresión creativas, ajenas a las normas culturales institucionalizadas: Hans Prinzhorn [1], Jean Dubuffet -creador de la denominación Outsider Art” (arte marginal)- y Arnulf Rainer [2], entre otros. Estos autores y muchos más; así como museos, galerías y centros de creación artística especializados, se han confeccionado como coleccionistas y productores del llamado arte marginal o art brut y han tenido acceso a un mundo velado y misterioso, confinado hasta entonces, al mutismo de los centros psiquiátricos.

Actualmente, el concepto “Outsider Art” abarca tanto la producción de artistas con desequilibrio mental como la de autores autodidactas que se apartan de las convenciones sociales y prefieren realizar sus obras en soledad o clandestinidad o aquellos cuyo lenguaje, pensamiento o expresión artística ha sido censurado por imperativos éticos, morales, políticos o religiosos.




No existen criterios unánimes para determinar si una obra de arte outsider puede ser considerada “obra de arte”, como tampoco hay una única opinión o criterio para establecer los parámetros de calidad de dichas creaciones. Uno de los lastres que aún pesan profundamente sobre el rechazo de estas producciones como creaciones artísticas es que forman parte de terapias ocupacionales, convirtiéndolas así en simple objetos decorativos. Lo cierto es que, como en el resto de obras de arte, su valor estético queda sujeto al juicio de la crítica, la percepción o la comunicación visual –siempre dentro de sus propias características y teniendo en cuenta su contenido emocional, así como las circunstancias del artista, en relación con su época, su contexto y su estado mental-.

En última instancia, nuestro juicio de valor, como simples espectadores, supera cualquier clasificación estética, psicológica o social y está determinado por la profundidad del impacto que nos provoque, por el deseo que nos despierte o la dimensión imaginaria que nos descubra y, sin lugar a dudas, lo que no le falta al artista outsider es la gran dosis de imaginación que infunde a sus obras, para expresar su mundo interior y liberar tensiones emocionales.

Así, como espectadora circunstancial de un documental dirigido por Lola Barrena e Iñaki Peñafiel, ¿Qué tienes debajo del sombrero? -presentado el pasado mes de abril en Expoval 2007 [3]- he llegado hasta Judith Scott; (Ohio, 1943 - California, 2005) una escultora norteamericana, sordomuda y con síndrome de Down, reconocida internacionalmente tras permanecer treinta y seis años en una institución psiquiátrica. Su vida, contada a través de su hermana gemela, Joyce, sin discapacidad, es el detonante de un documental que viaja hasta el Creative Growth Art Center [4] en California y descubre a otros personajes que como Judith buscan expresarse a través del arte.

En la película, podemos acercarnos al mundo íntimo de Judith y su relación constante con el entorno en el que concibe sus obras. Lo que para muchos no es más que material desechable, para esta incansable escultura estadounidense, se convierte en fruto de inspiración. Tras dos años de inactividad en el centro de arte californiano, una madeja de hilo y unos palos de madera son los detonantes de una gran producción escultórica que contempla la más variada selección de formas y tamaños. Un mundo caprichoso tejido sobre todo tipo de objetos sustraídos que hoy alcanzan cifras millonarias.




Acompañada siempre de revistas de moda y arte y acicalada con multitud de complementos pintorescos: collares, bufandas y pañuelos anudados a la cabeza junto a originales sombreros y tocados, que aumentaron –según cuenta su hermana Joyce, en el documental- en relación al éxito de su producción artística, Judith ha sabido mostrar que su enfermedad mental no la incapacita para ser artista y configurar acciones de notable interés.

Judith no oía ni hablaba y no había forma de preguntarle qué estaba haciendo. No poseía ningún conocimiento artístico ni entiendía que sus creaciones fuesen percibidas como obras de arte. Sin embargo, la fuerza que transmiten nos enseña su relación con el mundo exterior. Nos encontramos ante creaciones altamente simbólicas e intuitivas. Una peculiar fauna radiante y colorista de objetos atrapados, sitiados y envueltos con minuciosidad y concentración exquisita; materiales sometidos a todo tipo de manipulación, metamorfosis y pérdida de identidad. Oquedades y vacíos rellenos gradualmente y dispuestos con tenacidad, para confeccionar un código de significados y expresiones que dan rienda suelta a las fantasías y obsesiones más recónditas.

La expresión de emociones que no se pueden describir verbalmente ¿Quién no ha deseado poder hacer esto alguna vez? Cómo me gustaría descubrir qué metáforas abstractas se esconden en el interior de sus enmarañados sueños…

[1] Hans Prinzhorn defendió el valor estético de las obras realizadas por individuos psicóticos, marginados por la sociedad y consiguió reunir más de 5.000 obras procedentes de toda Europa. En 1922 publicó un libro, Bildnerei der Geisteskanken (La producción de imágenes de los enfermos mentales), que despertó un profundo interés entre algunos artistas de la vanguardia como Paul Klee, Alfred Kubin y Oskar Schlemmer.

[2] Artista autodidacta, nacido en 1929 en Baden, en las proximidades de Viena. Es una de las figuras que cuentan con más prestigio internacional. Su trayectoria artística se basa en la exploración y la experimentación, influenciada por las teorías surrealistas, que lo han llevado a buscar los límites de la expresión artística, la instintividad del gesto, los sueños, la locura y la actuación del subconsciente, enfrentándose con la enfermedad, los límites físicos y el fin del ser humano.

Tuve el placer de conocerle
personalmente en un encuentro organizado por la UMA, el pasado mes de abril, para intercambiar opiniones y reflexiones sobre su obra y su proceso creativo y transmitir, a todos los asistentes, su inquietud manifiesta por conocer artistas internados en centros psiquiátricos.

[3] X muestra de iniciativas y productos elaborados por personas con discapacidad. Málaga. Del 20 al 22 de abril de 2007.

[4] Extraordinaria institución artística fundada en 1974 como centro de creación artística y no como sede de terapia ocupacional. Funciona de forma independiente a través de las subvenciones de fundaciones privadas y la venta de obras de los artistas discapacitados que allí trabajan.

Ana Robles, 2007.

fotografías por cortesía de American Folk Art Museum de Nueva York,
Collection de l´Art Brut de Lausana y Creative Growth Art de Oakland .

Pienso que esto de los outsider, no es nada nuevo. Un outsider hace 500, 1000, o más años atrás, podría nombrarles algunos muy famosos, la única información q’ tengo acerca de ello es la que puedo conseguir en google, me parece que es solo un critico más en este mundo, uno más en este, y no creo que Judith tenga algo que ver con eso, algo que me llamó mucho la atención es que ella no hizo una obra de arte, ni le interesan tal vez estas palabras, por eso no busco en sus obras un obra de arte, ni quiero clasificarla , ni diferenciarla, ni describirla, ¿qué hay debajo de tu sombrero?, tal vez algo muy diferente a lo de Judith, o muy parecido, lo q’ si sé es que debe sentirse muy satisfecha con lo que hizo, cuantos no deseamos hacer cosas tan libres, libre es la palabra para ella, nada más, no creo que sea lo mismo alguien que estuvo dentro y salió, a alguien, que no le interesa entrar y construye su propio mundo. Dudo que sea lo mismo, aunque pueden hacer monumentos del mismo tamaño y peso.

Y la mayoría no podemos ser más que un outsider observando su mundo, solo eso. ¿Es todo lo que podemos ser hoy? ¿no envidian a Judith?












1 comentario:

  1. Un saludo
    Queremos felicitarle por el blog y nos sentimos unidos a ud por al Arte desde otros continentes.

    Yaro Starak
    Gemma Garcia
    http://www.secretosdelabuenasuerte.blogspot.com

    ResponderEliminar